domingo, 19 de enero de 2014
Una diosa en los altares
Patricia me llevó a una galería de arte donde exponían una impactante colección de arte plástico de autores noveles valencianos. Dentro de la muestra había una obra de una mujer semidesnuda que había que verla de soslayo. Alguien pudiera pensar que sus pechos, pues no, semidesnuda era su mirada. Si el artista sabe, su arte se lo clava en las entrañas de quien lo admira, y como un buen libro que te hace ser protagonista principal, la obra refleja en ese momento a quien llevas en el corazón. Era curioso que en el catalogo de la muestra nada dijera de la obra, no existía para la galería, ni su título ni el nombre del autor. Fue algo extraño. Juraría que a aquella mujer ya la había visto en mis sueños. (Sí, dona, era ella, era bella, bella, tan bella que dolía. Cobarde, nunca le dije nada, pero qué bellos ojos tenía. Y su mirada...).
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Mientras admiras a esa bella mujer yo voy a una cita con el destino incierto, puede que cuando regrese ni sea la misma, ¿Quien lo sabe? Igual de esto será lo único que hable.
ResponderEliminarCuidate
Yo me cuido si tú te cuidas... suerte, sea lo que sea a lo que te refieres. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Recuerda que no estás sola. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Gracias eres muy buen amigo.
EliminarHay ciertas "obras maestras" que no aparecen catalogadas...a tiempo!
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Así es Somos grantes entendidos en todo lo que no sabemos... a tiempo.
ResponderEliminarSalud.