Soy la veleta que mira al oeste;
no soy oeste soy levante:
soy el gallo que te despierta
cada madrugada bajo el mismo cielo.
(Yo levante y tu poniente,
¡que curioso!).
Hasta mi casa llega un viento malo de poniente,
y a ti te barre el mismo viento. Malo.
El cielo se viste de tristeza.
Del mar llega una lagrima viva.
El azahar perdio su aroma.
y ya no baja al pueblo con la misma fragancia.
¿Sabes dónde estoy ahora,
mujer parca de palabras?
Sube tu mirada al cielo,
y si quieres,
bajaré para hacerte compañía.
(Ahorita).
Sin frio mi poesia,
para la Flor de Maria
¡Voy corriendo a mirar al cielo!
ResponderEliminarBuenas madrugadas.
ResponderEliminarMuy buenas...
ResponderEliminarExcelentes, (aunque con un poco de dolor se agradecen las buenas madrugadas)
ResponderEliminarLa Maria a veces nos lo pone un poco crudo... Beso enorme.
ResponderEliminarSalud.
Poesía que sabe marcar la posición de "esa" veleta...
ResponderEliminarSaludos
Es una veleta "sentida".
ResponderEliminarSalud.