lunes, 20 de enero de 2014

Les dejo con la palabra

Cuando escribo mi nombre,
lo siento cada día más extraño.
¿Quién será ése?
me pregunto.
Y no sé qué pensar.
Ángel.
¡Qué raro!.

El Ángel que escribe su nombre y no sabe quién es se apellida González. Él no sabrá quién es pero yo sí, es un dios, era un poeta. Uno de mis poetas preferidos.

Y yo soy el que escribe cada día porque le apasiona escribir.
Y existo porque alguien cree en mí.
Y solo aspiro a aprender algo nuevo cada día,
lo que sea, me es indiferente. Algo nuevo.
Y escribir.

Y para ello me enseño de los libros,
de Eugenio,
de las amigas
de las estrellas,
de lo que pasa por mi ventana,
de usted que me lee,
de ustedes que les presiento en el silencio.
Del alba y el ocaso

Y he mejorado, pues ya como con los cubiertos y no con las manos.
Pero si no fuera así,
si no existiera,
si fuera fruto de la imaginación de una mente absurda,
¿sería ilegal?
Si fuera un bufón creado para arrancar tal vez una sonrisa de soslayo,
¿sería irreal?
Yo sé que existo porque alguien cree en mí.
(Tú cuidas mi credibilidad).

Eso es todo.
Así sin más.
Adiós pues,
señoras y señores.

Les dejo con la palabra.

2 comentarios:

  1. Pero es que no la encuentro !!
    Me gustan tus palabras, la forma de enlazarlas y siempre con un bonito resultado que llega, llega y se queda. Y ... apenas comento porque no sé que decirte, pero te leo y disfruto con tu ingenio. Besicos.

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  2. Eres muy, muy amable. Muchas gracias. Besicos maña.

    Salud.

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