lunes, 20 de enero de 2014
A la Flor de una María
En la historia de la humanidad, una amiga, para serlo realmente, tenía que confiar en los amigos. Yo no soy quien para dar lecciones de amistad. Soy un solitario empedernido. Pero ocurre que, de un tiempo a esta parte, mis sentimientos se han visto sorprendidos por una amiga que poco a poco se ha hecho dueña de una parte de mi corazón, y dona lo sabe. Yo me hago el duro porque en realidad tengo miedo a confesarle abiertamente mis sentimientos... En los años altos de la vida no nos entregamos a cualquiera, con perdón. Pero es así. Son muchas las decepciones. Pero a la María gracias, hay quien ha aparecido en mi vida de soslayo y me ha hecho mucho bien. El caso es que ahora creo que no corren buenos vientos para ella y eso me tiene preocupado. Si es cierto que Dios reparte suerte rezaré por ella. No quiero que le ocurra nada malo. Que sus errores y mis horrores no tengan nada que ver con los falsos paradigmas que creo la acechan. Sé fuerte, amiga mía. El futuro dirá. ¡Ni un paso atrás!.
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Te escribo cuando regrese.
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