Un gobierno debe esforzarse por alcanzar el consenso con los distintos grupos políticos en los temas fundamentales. Pero si no lo logra, (y no siempre desde el poder se puede, porque la capacidad de la oposición es aveces de perjudicar más que de ceder, entonces, el gobierno tiene el mandato constitucional del pueblo para gobernar.
El consenso debe buscarse como se busca una mirada de soslayo o se ruega un beso frente al mar, pero si no se consigue... entonces un gobierno debe gobernar.
Pero Rajoy amaga con leyes que si se aprueban no serán buenas para el pueblo. Más reformas laborales, más recortes educativos, más privatizaciones sanitarias y más recortes sociales. Ahí están los datos del gobierno y sus nuevos ricos. No tiene futuro un país donde la ley es apenas una “algo” que se han inventado legisladores sin oficio para aplicársela exclusivamente a quienes por decencia o debilidad no pueden dañarles.
Los gobiernos solo hacen lo que deben cuando tienen “el agua al cuello”, y dejan para otro momento más oportuno lo importante si ello implica tener que afectar a sectores que son poderosos por su dinero o por sus medios de comunicación sensacionalista, difamación o morbo (nada tan inútil e inservible como un periodista objetivo y decente), o por las capacidades que se puedan tener para paralizar el país con prácticas de mareas de todos los colores.
El pueblo no quiere lo que nunca se ha hecho, sino algo más sencillo: "Cumplir y hacer cumplir las leyes". He ahí el gran reto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario