viernes, 10 de enero de 2014

Flores de demencia

Y pensar
(confieso)
que de mil maneras
quise disimular tu nombre justo al lado de la palabra...
Siempre hubo un decir breve con tu nombre en mis escritos.
 
En vista que la tristeza no merece condena,
¿por qué no le hablas de tu vida al amor,
de tu larga agonía,
de tu pena,
de la tardanza en hacer justicia?
 
Háblale al amor y dile que pare el tiempo,
que la vida no siga sin ti.
Háblale, dile al amor...
   
Y tú,
dile a la mirada de tus ojos que mientan,
que nadie sepa de tus sentimientos...
Y que vuelvan a leerme en la noche desvelada,
porque estás en todas partes,
fantasmagórica y real en mi mundo.

2 comentarios:

  1. Después de leer a Gabriela Mistral dudaría en encontrar algo mejor hasta que leí tu poema y aunque creas a veces que lo digo para agraderte -nunca cierto- me gustan mas los tuyos.


    Este me ha hecho suspirar y eso mi estimado, en un viernes por la madrugada es un poco suicidio de amor.

    ¿Ya te dije que me gustan tus poemas?

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  2. Y a mi el tequila y ya ves... Beso.

    Salud.

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