domingo, 26 de enero de 2014

Estás en mí todas las horas del día

Cada día con sus noches, inevitablemente viene a mí tu recuerdo como influencia telúrica: tu pelo negro, tu mirada, tu padecimiento al irte y mi inmensa soledad. Y tu pequeña luna irremediablemente bella. Estás en mí todas las horas del día. (¡Y qué bueno!).





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