Cada día con sus noches, inevitablemente viene a mí tu recuerdo como influencia telúrica: tu pelo negro, tu mirada, tu padecimiento al irte y mi inmensa soledad. Y tu pequeña luna irremediablemente bella. Estás en mí todas las horas del día. (¡Y qué bueno!).
No se que decir, mejor me voy.
ResponderEliminarBeso. Y salud.
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