viernes, 31 de enero de 2014

Nada es lo que parece en viernes si nadie te fía

Nada es lo que parece en viernes si nadie te fía. ¿Qué me dices? Me dejó pensando y luego sonrío agregando: nunca te engañes pensando que las cosas son tal como supones; detrás siempre hay algo por descubrir. No tengas miedo, recuerda que todo en la vida tiene su porqué.

En ese momento quedé a cuadros, no entendía lo que me decía, y sé que ella había visto la duda en mi mirada. Pero me animaba continuar.

-Errar, es la única forma de dar con la verdad. Nos hemos equivocado eligiendo este pueblo para vivir y hay que solucionarlo urgente; Cristel y yo lo hemos hablado y estamos de acuerdo: nos vamos a vivir a Valencia. -¿Y luego? ¿Quieres cambiar la tranquilidad de un pueblo por la gran ciudad?

Esta conversación aconteció esta mañana en el seno familiar.

Llevo unos días raro, quizá pase por un bache existencial inexplicable sin darme cuenta de esos que te enseñan más que mil maestros, naturalmente si encuentras las respuestas que necesitas. El caso es que necesito sacar fuerzas de donde sea para continuar y, sobre todo, para sopesar lo que me viene encima... Mi esposa, y esto es una decisión ya tomada con mi hija Cristel desde que trabaja en Valencia, al margen de mi hija Patricia y de mi mismo, que no compartimos esa opción.

Con razón me decía con su natural ironía, "nada es lo lo que parece en viernes si nadie te fía". Y yo me pregunto, ¿cuántas veces creemos estar seguros de algo y después descubrimos que nos hemos equivocado? ¿Cuántas veces no sopesamos a tiempo las cosas, tal vez dejándonos llevar por lo espiritual a la hora de elegir un pueblo para vivir y después nos arrepentimos de lo que hemos hecho? ¿Cuántas, en función de nada, perdemos lo que creíamos tener solo porque una hija encuentra trabajo y le cuesta madrugar y convence a su madre para que a su vez convenza a su padre por decreto que como vivir en la gran ciudad ni hablar.

Por no tener, en este momento no tengo ni quién nos ampare a Patricia y mí.

Ni dona si viviera respondería. Como siempre lo que decidiamos para ella estaba bien. Aunque nunca supo lo que le esperaría de llevarse a cabo esta u otra locura. Vivir en un piso sería su perdición. Y la mía.

4 comentarios:

  1. ¿Y si dices No? Tu palabra también cuenta y la debes hacer valer digo yo.

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  2. El que no arriesga no gana recuerda, el mundo es de los audaces, puede que seas escuchado y que tu palabra sea la diferencia. ¿Que puedes perder? ¿Irte? No te rindas tan fácil.

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  3. Perdón por meterme donde no me llaman, yo solo pasaba por aquí y me entretuve oyendo tus pesares.

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