Yo quise darle un beso,
quería que supiera de mí;
un beso le quise dar.
Y ella dijo no.
quería que supiera de mí;
un beso le quise dar.
Y ella dijo no.
Nunca más alejado he visto al Dios de los cielos.
Pero llegó la primavera, y en un descuido le robé un beso en el mismo instante que cantaba un pájaro de mil colores.
Y luego,
por el camino,
jugábamos a darnos un beso
cuanto cantaba un pájaro de mil colores.
por el camino,
jugábamos a darnos un beso
cuanto cantaba un pájaro de mil colores.
Un beso normal nunca vale tanto como un beso robado y más al lado de este pájaro de los mil colores.
ResponderEliminarPrecioso.
¡¡¡Gracias por ser seguidor de mi blog!!!
Desde este momento, ya te sigo en tu maravilloso Espacio.
Abrazos.
Si es así, que me roben todos los besos!!
ResponderEliminarEs que lo que no se roba, no tiene emoción. Por cierto, os acabo de robar el pájaro ése de los colorines.
ResponderEliminarAbrazos
Bello canto del pájaro de mil colores.
ResponderEliminarBuenas noches