sábado, 2 de marzo de 2013

La violeta y el clavel

... a pesar de todo. Según sostienen los que la conocieron, su silencio se debía a su voluntad deliberada de hermetismo.

Cuentan que de manera poco clara para que su silencio no quedara profanado por nadie, a no ser aquellos que supieran apreciar su belleza, la violeta, salía por las noches al campo y bailaba hasta el amanecer. Dormía de día y bailaba de noche, la violeta. La violeta hermética, procedía pues, del deseo esotérico minuciosamente calculado.

Pero un día, perdón, una noche, bailando por el campo, un apuesto clavel, un rojo rojo clavel, le reveló su poesía para que descubriera el amor... Y leyó su poesía, hacedora de enigmas, y se enamoró poco a poco, verso a verso, noche a noche... Así fue como la violeta cambió de la noche al día, y todos pudieron admirar su belleza. La violeta que ocultaba su belleza bajo la hierba.

Balzac, dijo: "La mujer es la reina del mundo; es una criatura encantadora que se quita el corazón con la misma facilidad que un guante".

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