Aunque exista redundancia, la poesía está en la poesía.
A esa poesía que no es buena ni es mala, ni es abstracta ni es concreta. A esa poesía que está en la poesía.
A los poetas del mundo: los que escriben y los que no escriben, los que aman y los que no aman. Poetas que son solo poetas.
El poeta, cuando siente la inspiración para crear su santa poesía, está poniendo en actividad esa energía vibrante que recibe de la intuición, esa intuición desarrollada en el corazón sin razonamiento que es la fuerza del amor, la fuerza maravillosa que todo lo penetra y se define a sí misma poesía. Y en cada corazón enamorado ni un paso atrás. Santa poesía.
Los aprendices de poeta no la tenemos por santa, diría yo. Al contrario, nos gusta que se arrastre por los arrabales de la soledad (o del gozo), por los cuartos de estar de la tristeza (o del júbilo), por las barras vacías (o atestadas)de los bares.
ResponderEliminarOtra cosa es lo que ella quiera, es muy voluble. Un abrazo, compañera
Para mí siempre será santa, aunque a veces no me entienda... ni yo a ella. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud