Digo que hay personas que están ahí y les doy las gracias. Pero no se las doy por educación, que también, se las doy principalmente porque necesito calor humano además sentirme útil. En mi mundo real, antes había quienes habitualmente me "lo decían", pero con los años a algunas se les ha olvidado. Digo algunas porque soy un "mujeriego": mi esposa, mis hijas y mi amiga. Siempre estuve bendecido por su amor. Y no digo que ahora no, pero hay otros amores en sus vidas, a excepción de mi esposa, a Dios gracias, y a su inmensa paciencia. Mis hijas tienen vida propia y de mi amiga nada sé. Sé que todas me siguen queriendo, pero no me "lo dicen", se les olvida. Es llegar a viejo y cumplidos los justos. Eso es lo que pienso, y como no puedo contrastar esa verdad la doy por cierta. Pero lo digo con la boca pequeña, porque a todos nos gusta que nos regalen de cuando en vez un "te quiero". Y como me apasiona escribir, que me digan... en fin: me conformaría con que me leyeran.
Y digo que seguiré escribiendo para conocerme mejor. Y para arrancar una sonrisa de soslayo. Pero ya no para encontrar respuestas. Ya tengo las suficientes. Arriba podía haber dicho más amigas y algún amigo, pero en este sitio nadie me conoce, entonces, mentir sería estúpido. Tengo una amiga que no me habla, aunque sigue cuidando mi credibilidad, y ningún amigo. Amigos tuve, tantos como decepciones.
Y a esta altura del comentario, pondré la cara seria de los entierros para hablar de la disponibilidad, esa que nos indica prontitud para ir en ayuda del otro, en prestar un brazo pegado a un hombro, un servicio desinteresado, ayudar al que más lo necesita. La disponibilidad que no tenemos, por lo tanto, tampoco encontraremos generosidad, solidaridad, hermandad, colindancia... esas cosas. Cuando nuestros asuntos inaplazables nos impiden tener disponibilidad para los demás, de alguna manera enterramos nuestra humanidad, y con ella nuestro bien más preciado: el amor.
Y comprendo la disponibilidad de cada cual, y entiendo las prioridades: es la vida. Los caminos que nos vamos encontrando y elegimos: la vida obliga a eso y a más. Es ley de vida y oponerse es perder... y en los años altos uno no puede permitirse el lujo de perder más. Hablo por mí. De llorar más de una vez por el mismo dolor.
Y comprendo la disponibilidad de cada cual, y entiendo las prioridades: es la vida. Los caminos que nos vamos encontrando y elegimos: la vida obliga a eso y a más. Es ley de vida y oponerse es perder... y en los años altos uno no puede permitirse el lujo de perder más. Hablo por mí. De llorar más de una vez por el mismo dolor.
Es disponer de tiempo para los demás, es disponer de nuestra energía personal para alguien que la necesite. Una sonrisa no se debe negar, una conversación sin móviles encima de la mesa, una mirada agradecida tampoco. Es asunto personal, pero hace tiempo, un mes más o menos, luego de una entrevista de trabajo, en mi esposa vi una mirada que hacía tiempo no veía, y sus ojos brillaron con luz propia. Una entrevista de trabajo le había devuelto la esperanza, que al final quedó en nada, pero aquella mirada fue suficiente para recordarnos que no todo está perdido...
Juan José Millás dice que si supiera dónde está "ese monte" donde se tiran los desahuciados del amor y la justicia; los que han perdido la fe, se tiraría también. Yo, y no es por llevar la contraria a uno de mis escritores preferidos, pero creo que no coge: Por ahora, "ese monte" está ocupado por seis millones de parados.
La vida es una constante ruleta de fracasos y decepciones, de tristezas y de lagrimas sin embargo. también existen los buenos recuerdos.
ResponderEliminarNada no es felicidad si no se comparte con otra persona, y nada es verdadera tristeza si no se sufre completamente solo.
Si tuvieramos el poder de salvarnos de ser decepcionados por la siguiente persona y evitarle, no habria nadie a salvo.Todos, y cada uno somos hipocritas algunas vez aun sin darnos cuenta de ello.
Abrazo. Salud
Que si no hubiera de todo en la vida sería muy aburrida. Claro. De todo un poco. Muchas gracias.
EliminarSalud
Amistad, disponibilidad, miradas que destellan...eso no es ir de soslayo.
ResponderEliminarHas entrado como suele ser habitual en tí, muy por derecho.
Y estoy contigo en que por mucho que lo sepamos, oir un te quiero de vez en cuando ilumina el dia.
Un abrazo.
Yo no sabría vivir sin él... A pesar de que a veces me tengo que conformar con una mirada de soslayo. Sí. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud