No sé qué hacer... ya no me quedan opciones: estoy harta. Y sin embargo, tengo que seguir haciéndolo... Seguir entregando ilusiones en cada empresa, en cada ITT (lo siento Paco, ya sé que no es una televisión, pero tampoco es una empresa de trabajo temporal por muchas subvenciones que les den. Es una empresa en toda regla de explotación), en cada infoempleo de Internet. Me dice enfatizando su dolor. Y yo qué puedo hacer para que no sufra... Que no sufra ella ni los seis millones de trabajadores sin empleo de este país... El paro es el dolor y la desesperanza del pueblo. Si de cambiar de mentalidad se tratase... de reinventarse... Pero resulta que los años no perdonan ni dan tregua... Los años pasan y no se detienen... Y a más corren en contra nuestra... Varían las circunstancias, pero no los objetivos. Objetivos paralizantes, vacilantes: decepciones... Y otras perspectivas se agotaron. Cómo consigo que reacciones a los contratiempos... a tantas conquistas aplazadas que se pueden dar por perdidas... Pero como un milagro, en tiempos difíciles aflora nuestro verdadero poder y sacamos de lo más profundo de nuestro ser una nueva esperanza y decidimos que llegó el momento de ir por todas... Porque nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer.
Y vuelta a empezar... y dale con la puerta en las narices... y vuelva usted mañana... y ya la llamaremos... Y no... no por favor, no me deje su currículum, no tengo dónde meterlos. ¿Qué te puedo hacer?
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