viernes, 16 de enero de 2015

Se trata de llegar.

Soy consciente de que vale más llegar tarde que perder la vida en un tic tac de reloj. Decía William Shakespeare: "El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio". Llegar tarde y no llegar. Del pasado que tergiversa las cosas aún manteniendo su esencia original. Tanto si llegas como si no, si nadie te espera qué importa. Llegar cuando alguien te espere. Sí, llegar a tiempo es más importante que llegar tarde o temprano. 

Lo importante es llegar a tiempo. A tiempo de vivir una historia. A tiempo de escribir una página en blanco con palabras adecuadas, un verbo, un artículo, un abjetivo que sea decisorio: Un poema que lo explique creíble y convencer.

Y entonces el silencio se hizo presente desde el sitio más excelso del que se puede dominar un mar e imaginar historias posibles... O escuchar murmullos que pudieran ser melodías maravillosas. Pasa por imaginar que todo puede ocurrir con desearlo... A veces hay que darle al tiempo un tiempo prudente para que haga realidad el sueño que uno más desea. El curso de la vida puede cambiar en un tic tac de reloj, insisto. La historia de una vida casi finiquitada o reconstruirla por amor. 

Hablo de amor para decir que hay que llegar y esperar si no te esperan y descansar, pausar y pensar sin culpa: en el amor nadie es culpable. Y nunca dejar de avanzar. Se trata de llegar a tiempo.

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