domingo, 1 de enero de 2012

El tierno abrazo del amor

Al nacer enero, desde el primer día, se desnudan mis ansias de amor. Para uno lo de ayer no importa. Hoy ya es diferente. Y el nuevo día promete. Que febrero, marzo, abril... Que todo el año, a pesar de los pesares, descuidos de la María que son, tengamos a quien decir te quiero. Y amarnos hasta las trancas. Que todos los engaños y las traiciones sean iluminados por ojos benditos, y nos salve. Que cuando tú y yo seamos viejos, cuando nuestro amor sea eterno, asome un enero con su primer día que nos vuelva a ilusionar. Y salud, mi amor. Salud que no nos falte, que a perro flaco todo son pulgas. Este año, y tengo un pálpito, será diferente. No hablo de asuntos financieros, la María sabe que soy de letras, hablo de amor, de llevarse bien, de volver a vivir nuevas experiencias pero en otras personas. Personas que forman parte de nuestra vida; personas que son la vida misma. Hablo de nuestras hijas. Nada es sin ellas. Por lo que nada pido para nosotros sino salud... para contemplarlas enamoradas en el plenilunio, donde las historias fantásticas cobran fuerza, donde el romance se cubre de tristeza, donde los sueños traspasan la realidad. Noches de plenilunio, de luces y sombras, de amor y poesía, de nostalgias y alegrías que embriagan los momentos de felicidad. Porque todo es vida. Y mis hijas aún les queda por aprender que la fidelidad luego de un panorama quizá descorazonador. Si lo es, que nunca será ciencia exacta, es una felicidad sin ningún tipo de matices. Que seáis muy felices, mis niñas. Más allá del deseo, de una ausencia tal vez. Más allá de un día hay otro, y es cuestión de darle un giro a la vida, que puede ser mala costumbre seguir si no se es feliz con todas las consecuencias. Siempre hay tiempo para volver al camino del amor, y hacerlo perdurar en el tiempo al menos hasta que la vida se vaya para siempre. Parece exageración, aunque las personas que llevan el sentimiento de amor en sus adentros, saben que hablo de unir al humano ser con el tierno abrazo del amor, pero no a cualquier precio.

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