sábado, 21 de enero de 2012

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El Gobierno de Cuba sobre Villar: "No era disidente ni estaba en huelga de hambre". El MUNDO.es

En las sociedades que realmente son democráticas todas las propuestas son discutibles y discutidas, dialogadas y examinadas libremente sin imposiciones del fuerte sobre el débil. La marginalización ciudadana que vive Cuba asusta, no favorece ningún proyecto de futuro. La palabra debe servir al diálogo clave para la recuperación. Este pueblo no es el que soñaron los cubanos y no interesa. Los políticos cubanos han visto medrar sus posiciones arrastrándose por el poder durante cincuenta años. No viven el compromiso político como un servicio a su pueblo, sino como un trabajo interesado únicamente en dar credibilidad a sus mentiras. Tapan mentiras con mentiras, ya ni disimulan sus propósitos. Los servidores del pueblo están muy por encima de los intereses partidistas y no debieran tener la necesidad de casarse con la mentira. ¡Sálvese quien pueda y el que no pueda que se muera de hambre!. Cuba es un país que todo lo legisla, y también es un país donde la libertad de expresión no existe. Cuba no vive la política como un servicio, sino como un negocio familiar: Los Castro no intentan resolver las necesidades de su pueblo. Y si el político es incapaz de atajar la situación de pobreza que vive su pueblo, ha de ser el pueblo el que tenga que plantarse su manera de vida modificando comportamientos. Ahí está la historia.

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