martes, 31 de enero de 2012

Ya nada es ahora

Dice Gila, que cuando nació, su madre no estaba en casa y tuvo que llamar a la portera. Así tú: ¿Dónde estabas cuando llamó el amor a mi puerta? Si te hubiera conocido antes todo hubiera sido diferente... Cuando te conocí di gracias a la María, pero no porque desconociera que ya era tarde, sino por aquel beso que nos dimos un día tierno y apasionado. Mujer, dulce amante entregada al amor, adorable y sensual mujer; bendito amor: Ya nada es ahora. Ahora, lúcido, sin haber bebido, me quedo con aquel breve beso y te digo adiós con este poema de Ángel González. (Amor, Poesía, tú, todo es redundancia para mí).

Ya nada es ahora

Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo
Pero nada ya ahora
-ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa-

podrá evitarlo:
exento, libre,

como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,

creciente en un espacio sin fronteras,

ese amor ya sin ti me amará siempre.

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