viernes, 20 de enero de 2012

Azar y amistad

Cada semana le entrega unos euros a un vecino que tomó la responsabilidad de coordinar la compra de unos décimos de lotería. Cada semana repite la misma historia desde hace tres años. Hoy, viernes de fiar (según me cuentan) al darle el dinero le dice una vez más: ¡mañana nos va a tocar!. Él no sabe que estos juegos de azar, como la amistad de una amiga, es un tinglado manipulado con fines e intereses espurios. Las probabilidades de ganar son mínimas, como las de encontrar una amiga que te quiera. El estado tiene un beneficio fiscal limpio e incentiva la lotería para hacerla más popular, al tiempo que encoge el Estado del Bienestar y anula programas de ayuda social, educación, salud, etcétera, como la amiga que uno creía tener y no tiene. Es decir: cambiamos decepciones por promesas e ilusiones. Sin embargo, a quien le apremian las necesidades solo considera que le toque la lotería y se deja engañar porque necesita el dinero: es la única posibilidad que tiene de salir del pozo en el que está metido, como la amiga que asola su espíritu. Y cada semana juega con la esperanza de que un día la flauta... Siempre igual, una y otra vez. Pero este viernes de fiar, le dice a su vecino responsable de comprar la lotería que está seguro que les va a tocar (la amiga está en la UVI y el banco a punto de embargarle. "Jugar por necesidad perder por obligación", dice el refranero popular. Como en el amor: la amé y me amó ¿quién de los dos olvidó primero? Cruel destino es el olvido,

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