El sábado fuimos a cenar cuatro amigos, dos matrimonios, uno unido en santo matrimonio y el otro no, pero matrimonio a fin de cuentas, y bien avenido, que mi esposa es creyente y yo soy ella. Sin embargo, estamos enamorados sin haber pasado por las normas que impone la liturgia de la iglesia católica. Pero eso no importa, y menos interesa. A lo que voy: El sábado nos atendió un camarero que al decirle que me aconsejara me dio la carta y se fue. Yo siempre que voy a un restaurante pido que me aconsejen "según plaza". Me gusta el pescado más que la carne, y claro, no siempre el mar está por la labor. Sin embargo, aún no entiendo el por qué, al pedirle consejo creyó que, por viejo, ya no tenía criterio y debería comer lo que a él le gustaba, o sobrara del día anterior, o le apetecía simplemente. Que otra cosa sería que no tuviera más, aparte de la carta, digo. Me enfadé, y luego de explicárselo y pedirme disculpas (y yo a mi esposa), me dijo que lo normal (a mí con lo normal: estúpido) es que al cliente le den la carta y pida lo que "hay". Lo cierto, es que no todo está en la carta, que "según plaza" es "según plaza" y nunca se sabe. Aunque no era para tanto, yo le dije educadamente por mucho que mi esposa entendiera que debía de comer lo que él quisiera. Pues no, para un día que salgo de casa quiero comer rico y nuevo. Viejo sí, pero con criterio. Y a más interesante. Porque a mi edad... no quiero decir. Vale que primero me hiciera notar con la elección del menú, pero luego me di cuenta que no dejaban de mirarme... porque los viejos también somos interesantes, que interesamos. El pelo cano... las arrugas... y tiene que ver con aceptar el paso de los años. Mi rostro es consecuencia de mi vida, son alegrías y emociones... también penas. Es verano y es invierno. Todo deja marcado el rostro, tal vez espejo del alma. Mi rostro me lo he ganado a pulso con los años y es mío, y lo tengo amortizado porque he vivido... casi a mi manera.
Hay compañero la proxima vez le recomiendo tortilla de camarone y siempre revelate.
ResponderEliminarChe, qué bo.
ResponderEliminarSalud.
Está claro: la vejez llega aunque la arruga sea bella !
ResponderEliminarSaludos
Mark de Zabaleta
Es que no lo entendiste, ¡te aconesejó al irse! Ayyyyyyyyy ¿qué vamos a hacer contigo?
ResponderEliminarEra yo, o sea Susa ;-)
ResponderEliminarGracias a todos, y a Susa, que no me dijo.
ResponderEliminarBeso.
Sí te dije, la anónima que olvidó firmar y te "aconesejó" en vez de "aconsejó" jeje
ResponderEliminarSusa
Gracias.
ResponderEliminarSalud.