jueves, 19 de enero de 2012

La tragedia de una sociedad y otros desvelos

Esta noche hubo fúrtbol y entonces escuché la radio, una cadena que no sabría decir: es el motivo que esté apunto de pedir que una fe religiosa me acoja en su seno. De viejo, tengo plácet para cambiar de opinión según las circunstancias. Porque he pagado por mi libertad, nada debo, por lo que me puedo permitir ese lujo. Hablo de cambiar de pensar, de creer en Dios ¿Qué? Estoy confuso, pero el ambiente familiar, que es mi esposa, me lleva por un camino desconocido. No sé. El mundo retrocede y no parece que toda la culpa sea de la clase dirigente que nos trae de cabeza con sus malos ejemplos. Pero sí de los especuladores financieros que no podemos esperar que nos perdonen, porque usureros, van en busca de sus porcientos sin importarles la economía mundial. Esta noche me dio por escuchar la radio y resulta que la economía mundial se encuentra al borde de una nueva recesión. Las deudas nos devoran. Según dijeron, la crisis del euro y el freno de los países emergentes son un lastre para la economía global. Esto no lo entiendo, porque la Europa de los últimos años, cuando vivía en la abundancia, no se acordaba de los países más necesitados, tal vez algunos emergentes, y ahora, les pedimos que aporten más dinero al FMI, por si un aquel. Un aquel de los países ricos de antes y pobres de ahora. La vida da muchas vueltas, de eso doy fe. Sea como fuera, las tremendas desigualdades económicas entre países, demuestran la importancia de iniciar una nueva era de desarrollo sostenible global basado en la responsabilidad de la actividad económica y en la solidaridad. Y las culpas, me temo que no son de los países emergentes a quién ahora pedimos amparo, sino nuestra. El triste drama de una humanidad deshumanizada. La tragedia de una sociedad y otros desvelos.

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