martes, 28 de julio de 2015

Vuelvo al tema.

Viene de abajo: insistir en lo bueno desechando lo malo, porque vale que en los años altos aparecen las enfermedades y descuidos que a veces son verdaderas ruinas económicas si perdemos el puesto de trabajo porque nadie nos quiere o la pensión que no nos cubre lo esencial para vivir dignamente, pero si vamos por la vida cantando miserias se quiera o no solo la mala suerte llamará a la puerta. Un poeta, sí, pero no diría que un nuevo amor nos ilumine el camino y nos inyecte alegría en vena. Un nuevo amor que nos inspire el alma... De elegir yo me quedo con un nuevo amor, o un viejo amor por actualizar. Los grandes poetas de la historia siempre están ahí para lo que les queramos mandar, se trata de entenderlos: los hay complicados. Del pesimismo no sacaremos nada que merezca la pena. Pero además perdemos la confianza en nosotros mismos. De lo negativo nada que ganar. Vista al frente sin dejar de mirar de soslayo porque un amigo del alma quizá tirado en la cuneta necesita ayuda... Está pidiendo a gritos una mano pegada a un hombro y eso sí es un drama. Egoísta, hay quien solo piensa en lo suyo: ¿y lo mío, qué?

3 comentarios:

  1. ¿Y yo qué? Yo siempre estoy pero te niegas a verme. Y tan bonita que soy. Que triste.

    ResponderEliminar
  2. **eso mismo me tenía pensado: hablar y parlamentar y pactar con un gran poeta. Seguro voy bien encaminada. Lo otro, lo del 'grande y tierno amor', se infiere...

    besos

    ResponderEliminar
  3. Los poetas saben cómo arreglárselas con o sin musa aunque...

    ResponderEliminar