domingo, 26 de julio de 2015

Feliz he vuelto.

Amable y paciente lectora: Feliz he vuelto. Estoy mejor, muchas gracias. Cierto que fue una noche dolorosa la de ayer, pero creo que saldré airoso de sus secuelas. En los años altos todo es de bronquitis aguda para arriba. Ay, qué gano con mentir... La situación fue alarmante sino crítica, eso sí, pero la joven enfermera me hizo el boca a boca porque yo se lo pedí, si por ella, hubiera llamado a la ambulancia. Y feliz he vuelto, pero no estoy mejor...

Sería más fácil para mí no decir nada, ser lo que aparento (un triste de morir) y callar para complacer las cicatrices de la piel cuando son un regalo más que un castigo. Qué no hubiera dado ayer noche por creer en un dios bueno que me salvara de la imaginación que se adelantó a los hechos. Pero estaba escrito, la inexorable realidad confirmó todas las dudas a la vez que limitaba mis ganas de vivir. No soporto que nadie me desvele mis noches.

Desde el sentido común, una ola de consecuencias irán apareciendo un domingo de ir a misa en busca de la salvación del espíritu. Una mente absurda no emite sentencias solo las consecuencias de la irrealidad... El deleite de la noche se descolgó de mi bocabulario e indagar el cómo y el por qué no, al ser material clasificado. Es todo. La belleza está en el arte y no en el alma del humano ser. Incapaz de comprenderme, aquí y ahora, declaro mi irrevocable decisión a irme de este mundo. (----). El café sabroso. Y más en mí pido disculpas al querer irme de este mundo por no comprenderme o tal vez por ser un incomprendido. Decisión equivocada. Entonces, prefiero enviar mis inquietudes y ansiedades al pozo del olvido hasta que unos ojos y de ellos la mirada me digan vuelve... Y sin dudarlo volveré. Por la noche de un sábado arruinado por la desfachatez y el descaro. Amén.

2 comentarios: