viernes, 24 de julio de 2015

Ciudadanos del mundo.

La mayoría de españoles somos asturianos y andaluces y gallegos y valencianos y catalanes cuando Cataluña no era de Mas y etcétera. Mal asunto ser de uno o de un solo lugar... La mayoría somos de un lugar y vivimos en otro, así que queramos o no somos ciudadanos del mundo. Yo no quiero ser de nadie ni de un solo lugar, y de ser porque sí, de Don Quijote, que no tenía dueño ni sabía de dónde era ni dónde estaba. Por la idiosincrasia de la gente, por la cultura, por la fraternidad y la buena hospitalidad, por un único cielo, por la vocación para la felicidad: Ciudadanos del mundo.

Guiados por el populismo, la vanidad, o el dejarse llevar por otros intereses, a veces hemos adorado hasta el ridículo a un líder y su país y nos hemos olvidado del nuestro que es la patria de todos. Porque somos padres y hermanos hijos de una misma madre; porque venimos y andamos por el mismo camino que sigue el sol, sembremos la unidad para que florezca una patria de todos. O cabemos todos y todas o... Si no lo manda Dios porque es ateo, lo manda la María que es la misma santa poesía. "Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren". El Sabina es resultón. No sería feliz sin ti, ni amaría a otra que no fueras tú, ni bailaría bachatas si hay sardanas. Por tanta politiquería y tanto prejuicio, por tanta y tanta exclusión, un beso y un abrazo. (Esta mañana hace calor, mucho calor, sofocante calor, y no quiero vivir sin ti, amor).

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