Eres extranjera y estás en mí,
en tu tierra, callada, herida,
pero en mí.
Calmada de madrugada
presumo en el horizonte infinito
tu estatua monumental.
Caminos extraviados
y los atajos abiertos.
Extraño tu ausencia,
sombra descuidada del llanto.
Paseante nocturna.
La belleza que asoma
al nuevo día en un enero a medias.
Genial....
ResponderEliminarMuy bello. De pocas pocas pero poquísimas pulgas.
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