viernes, 23 de enero de 2015

Con tu permiso.

El error es querer dedicarse a combatir en cuerpo y alma por una causa perdida. El error es no dejar que las cosas se sucedan y aprovecharse de las circunstancias. SÍ. No podemos obligar al amor, ni hoy ni nunca (recuerda). Es por lo que a veces no te entiendo. Si me dices que te olvide no lo haré, el problema es tuyo, en cambio, si me dices adiós lo aceptaré sin reproches. Mereces toda mi confianza y afecto, te lo has ganado con creces, pero es tu decisión si te quieres ir...

Ya, claro, siempre me dices que no te irás... ¿No será que aún no has encontrado la dislcupa adecuada para irte, y libre de culpas condenarme por ser decepcionante y mi comportamiento alejado de los intereses del amor y la poesía que persigues?

No te rompas la cabeza buscado tres pies al gato, sé sincera, haz lo que consideres pero entierra el hacha de la discordia y llena de humildad el morral para el camino... Aún nos queda mucha poesía, si tú quieres, por vivir. Y sembrar nuestra amistad de sueños que algún día se pueden hacer realidad. Promueve la reconciliación y no la oposición en tu vida y trata de hacerte hueco en la gente que te quiere. Y olvídate de mí, a mí me tienes ganado incondicionalmente.

Convencido de que sufres, que tu pena es difícil de llevar, que las sombras son más que las luces, puedes crecer en el amor por los demás. Eres mujer, y como todas las mujeres, lo tenéis fácil al ser madres de la mitad de la población mundial, y amantes y amigas de la otra mitad. Es que sois la hostia. Y tú metida de lleno en tus torpezas de andar por casa tropezando con los marcos de las puertas. (Y yo con las farolas). ¡Qué Gracia lo nuestro!. 

4 comentarios:

  1. Si queda mucho por vivir, ¿pa' quë hablar de adioses?

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  2. Ni sé de qué escribí ayer ni lo que quise decir... Disculpa. Beso.

    Salud.

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  3. No te disculpes. Ayer me dormí con una pregunta en mi cabeza. ¿Por qué siempre termino pidiendo perdón? Tengo síndrome culpaos pero no le digas a la señorita psicóloga si no me encierra en la casa de la risa a la voz de ya.

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