El PP y el PSOE llevan en su interior el mal de la destrucción. Sí.
Al PSOE lo destruyó la falta de libertad, y al PP la desigualdad social, la ineficiencia, la torpeza y el dejarse llevar. Y a los dos la falta de humildad, la arrogancia, ese estar en el poder y creerse Julio Iglesias o una gota de agua en el desierto.
Cada proceso electoral el pueblo tiene que elegir a uno de los dos. Y piensa cuál de los dos será menos malo. Y tiene dudas, porque si uno lo hizo mal cuando gobernó el otro lo hizo peor. Pero tiene que votar y no sabe a quién elegir. Que igual llega el día que pueda elegir al mejor de los dos. O al mejor de todos. Porque hay más de dos.
La democracia en este país es incapaz de presentar una alternativa al bipartidismo que se muere de éxito.
Los señores dueños del bipartidismo están equivocados. Equivocados, y lo que es peor, retrasados ante la historia. Y es que a diferencia de otros países... dos eran dos. El pueblo está aburrido de ver siempre las mismas caras entrar y salir del Palacio de la Moncloa. El asunto es ese. Y como dos eran dos, resulta que son inmortales... ellos y sus horrores. El PP y el PSOE son los hijos malcriados de la democracia. Son hijos únicos, de ahí sus males.
Este país de nuestros antepasados arrastra una crisis de valores que va más allá de la política. Está en crisis la economía, el pudor, la educación, la decencia, la sanidad, el amor, la colindancia, la amistad, la poesía. Si por estar fuera, este país ya estaba en crisis mucho antes de que llegara esta crisis de ahora.
Ayer, escuchando las declaraciones de Rafael Correa, presidente de Ecuador, acerca de que España no solo trataba mal a los 600.000 ecuatorianos emigrantes, que también trataba mal a los españoles, sentí vergüenza ajena. Y puso el ejemplo de los bancos que quitan las viviendas a las familias que las quieren para quedárselas ellos que nos las quieren. Abuso del gran capital con el amparo del gobierno. En España el coste de la crisis no cae sobre los bancos, cae sobre los seres humanos que son españoles del mundo.
En la Cumbre Iberoamericana Rajoy vendió la marca España con la imagen del Rey... a punto de entrar en el garaje que dice su majestad, o en el desguace que diría un ciudadano.
Y aquí dejo mi amenaza en un domingo de ir a misa y decir la verdad: "Ténganse miedo, señores del PP y del PSOE, que cuando algo se muere algo nace... Y algo está naciendo en este país sino despertando". Además de la república, claro.
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