En la cumbre de la Unión Europea no hay acuerdo. Y cuado lo haya España pierde.
Más que la bandera, la corrupción es la protagonista en la campaña catalana.
La alcaldesa Ana Botella se niega a comparecer en la comisión de investigación del Madrid Arena y veta comparecencias de responsables políticos del PP en otras administraciones.
Feijóo dice a Gallardón que se ha vuelto loco con las tasas de la justicia gratis para todos.
Y para rematar, el papa nos desvela que en el portal de Belén no había burros ni vacas, pero sí una estantería con su trilogía.
Todo nos desvela. A veces me pregunto si nuestra clase dirigente no rebuzna porque no da el tono. Vivimos momentos de gran importancia y estamos sometidos a situaciones nunca vistas ni prometidas. Vivimos en un estado de permanente estrés, sin apenas moralidad, y parece que todo está perdido. Vivimos en la oscuridad como las finanzas y la luz que dicen que se ve al final del túnel es un tren, y viene a toda marcha, y trae el mandato del maligno para arrollarnos. Son tiempos de tinieblas. Ante esta realidad que espanta, no podemos quedarnos de brazos cruzados.
"Solo el misterio nos hace vivir", dijo Federico García Lorca. Y yo digo que gracias a Dios he encontrado en el misterio el camino de la verdad que conduce a la paz interior donde todo está en orden. Entonces, un viernes de fiar aconsejo rezar... Rezar para que esta conciencia ciudadana que ensancha las calles sea escuchada y atendida en sus reclamaciones, y reconocidos y respetados sus derechos. Por todo ello, oremos. (Una nueva historia, que podría resultar aleccionadora, se está escribiendo).
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