lunes, 26 de noviembre de 2012

Rebajas de otoño

Se vende la guitarra del último bohemio (París 1968).
Se venden lágrimas de arrepentimiento para segundas oportunidades.
Se vende un grito de silencio y un te quiero (en el lote van incluidos unos ojos decidores).
Se venden palabras con sensación de angustia marcadas por un sentimiento atrapado en el peregrino destino que empieza donde termina la esperanza, cuyo perfume a unos narcotiza extrayéndolos del plano de la realidad que nunca deja de amar y a otros les pasa de soslayo.
Se venden enigmas que desplegados dejan señales imborrables en el alma.
Se venden, de buena fe, suspiros marcados por ese sentimiento unido a la vida y atrapado en el peregrino destino del amor existencial.
Se venden desenlaces oníricos y elucubraciones ondulantes donde se cuecen inofensivas transmutaciones de personalidad.
Se venden resoluciones aprobadas con quejas incluidas para personas dependientes.
Se vende el misterio que forma parte de todo sin argumentos ni preguntas definidas.
Se vende un dolor que nadie fue capaz de imaginar.
Se vende traiciones sin mala intención.
Se venden respuestas para toda clase de preguntas sin fundamento.
Se venden favores personales (libres de impuestos).
Se venden empresas en crisis con expedientes de regulación de empleo abreviado.
Se venden cartas de despido.
Se venden discursos prometedores.
Se venden ideologías políticas actualizadas para tránsfugas.
Se vende sentencias absolutorias para políticos corruptos.
Se venden vestidos de lagarteranas ideales para manifestarse contra los recortes de Rajoy.
Se venden cartillas de racionamiento para 2013.
Se vende para jueces que justifican toda clase de horrores una máscara de hierro validada por Alejandro Dumas.
Se vende un pergamino con la frase original de Emiliano Zapata: "Más vale morir de pie que vivir de rodillas".

Y se traspasa una amiga, o sea, mi mayor decepción.

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