Me cuentan que toda gran virtud tiene la particularidad de convertirse en el mayor defecto cuando perdemos la cabeza. Y que la inteligencia puede llevarnos a la soberbia, al deseo de control y la ambición de poder.
Entonces, igualito que en el amor. Pero no me fío, no puede ser verdad, porque no conozco a nadie que inteligente desprecie el amor, a pesar de la soberbia y ese deseo de control y la ambición de poder. Aunque no negaré que los celos de amor son matadores.
Hoy no estaría hablando de lo fácil que es convertir una virtud en defecto si no fuera porque creo que el amor nos está llevando a la autodestrucción. El amor, la más grande virtud del humano ser convertido en un diminuto punto y final. El amor incondicional. El amor sinónimo de alegría, de emoción, de entusiasmo. El amor que sin querer quizá se convierte en desamor.
¿Cómo evitar que el amor nos autodestruya? Si consideramos que el amor siempre va acompañado de santa poesía debe estar a disposición de la entrega sin condiciones. No entiendo nada. (Que tus palabras sean hijas del amor que nace del entusiasmo y no de la pasión que ciega y aleja).
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