-¡Santísima!.
Mi esposa aún no se paró a pensar las trágicas consecuencias que podía haber sufrido cuando bajó rodando por la escalera (hay madre no me digas vaya susto no somos nada acércame otra pasta de té y dile que me haga otro café). ¿Para qué estuve de clausura en la cocina y sirviéndoles café si no hablaron de la gravedad de la caída? ¿De qué hablaron entonces?
-¿Ahora te acuerdas de la Virgen ?
-No lo tomes a broma.
-Yo no.
-Había que poner un algo en la escalera de protección.
-Sí.
-Mira que si vuelvo a caer...
-Si vuelves a caer llama antes al 112.
Mi esposa ve posible batir el record de bajar la escalera que ya tiene. En una relación de pareja el amor se acaba, pero no enferma. Así que no cuente conmigo. La soltería es un estatus sin sobresaltos, nunca mejor dicho.
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