"Hola amigos, acá estamos esquivando los 27º de temperatura, cuidémonos la piel y no nos expongamos tanto al sol en las horas más críticas".
Les traigo una propuesta esta vez, lejos de las noticias para que tengan en cuenta ahora que estamos ya próximos al veranito y que dejamos la casa sola o al cuidado de alguien, como suelen hacer muchos, pero qué tal si hacés algo distinto y ponés tu capital al cuidado de los que saben. Roxana Herrero.
Mi amiga Roxana es promotora y asesora de seguros. Y mi amiga Roxana ya no me quiere. Hace planes para el veranito y no cuenta conmigo. La vida es muy injusta. Para ella es casi verano y para mí hace años que es invierno. Yo no hago planes para el próximo veranito, solo me quedan recuerdos. Y los recuerdos no enamoran.
Ay, dona, tenía que ser viernes... En un viernes de poco fiar las cosas van a peor. O igual que el decreto Ley de Rajoy en favor de los banqueros, que no de los desahuciados de sus viviendas. ¿Qué tendrán los banqueros que enamoran a Rajoy? Según yo lo veo, a la inmensa mayoría de los parados les seguirán embargando las viviendas y dejándoles deudas de por vida. Pero si superan el trauma, si no mueren en el intento, les alquilaran otra vivienda por una renta social, que para desahuciados una renta social si no es gratuita no la podrán pagar, como la hipoteca, y los volverán a desahuciar. ¡Hay que joderse!. Pero hay más, el asunto es que les pueden dar en régimen de alquiler no otra, sino la misma vivienda que les robaron pistola al cinto. Porque la policía lleva pistola para echarles de sus casas. En este país.
La dama que no me deja ir me cuenta que el deterioro social en este país es extremo, y me lo explica como si fuera poesía, y lo entiendo: es una tragedia. El gobierno no tiene soluciones contra la inseguridad, la corrupción y el desempleo. Y entonces a la gente le da por morirse de pena, o de rabia, o de muerte natural. La muerte en este país cada día es más frecuente... Si yo fuera joven como mi amiga Roxana me iría de vacaciones, pero soy viejo y estoy muerto, muerto de miedo e impotencia. Y los muertos como yo no podemos escapar del cementerio. Y Rajoy lo sabe, de ahí sus decretos Ley sin esperanza.
Ja ja. Qué más quisiera un trozo del invierno del Parque San Francisco en medio de la ciudad del infierno. Buenos Aires tiene eso en verano. Se parece a una olla con agua hirviendo. Yo prefiero el frío más si no podré moverme de casa y ya van dos veranos; uno por una cosa, y otro por una bendición. Ay, que sí, te quiero.
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