Corruptos lo que se dice corruptos, siempre han sido los gobiernos de este país, imputados unos, en la cárcel otros, y a las espera de sentencia los que faltan, sin embargo, una parte de la sociedad nunca había aplaudido a los dueños de los partidos y a su monarca como ayer. A Rajoy y a un ministro de comentarios hirientes; a un rey sin oficio ni ejemplos dando lecciones de ética y moralidad. A todos los prohombres de este país en el Día de la Hispanidad, o Día de la Fiesta Nacional, o Día de las Fuerzas Armadas, o Día de la Victoria para quiénes aún añoran el glorioso pasado, decirles que fueron 8 presidentes de comunidades autonómicas los ausentes. Entonces, las cosas no están claras. Por eso, a los que quieren irse y a los que no quieren que se vayan, a los que imponen su voluntad por la gracia de Dios, a los que no hablan, a los que gritan, a los que callan, a los que no escuchan, a todos paz, y lo que tenga que ser será a su hora y sin espantos, y respetando la diversidad.
Ayer se oyeron aplausos cuando Rajoy recibió al rey: nunca la prostitución del poder ha recibido tanto apoyo de una parte de la sociedad que aún sigue premiando la corrupción con su voto. Y eso que era solo una parte, porque no estaban todos, 5 millones de coches en la carretera y el noventa por ciento de ocupación hotelera lo confirman. Esto solo quiere decir una cosa: somos poco pobres en este país que éticamente huele a estiércol. Pero no hay prisa, que nadie se impaciente, porque aún seremos más pobres.
A los políticos en un domingo feliz por un millón de euros, sepan que UNICEF, Caritas, Cruz Roja y otras organizaciones humanas se sienten incapaces de alimentar a tantas familias que no saben cómo llegaron a esta situación límite, que no saben qué hacer para ganarse el pan y alimentar a sus hijos. Porque quieren trabajar y no pueden, no hay trabajo. No, no lo hay. Familias sin techo en un país que éticamente huele a estiércol. A los señores dueños de los partidos políticos y a esa parte de la sociedad que aún tiene que ser más pobre para ser más humana: Felicidades.
El jueves quería ser español y hoy quiero ser de mi pueblo y no salir de casa hasta el 14 de abril para morir contigo si me dejas y no resucitar jamás. Amén.
Ayer se oyeron aplausos cuando Rajoy recibió al rey: nunca la prostitución del poder ha recibido tanto apoyo de una parte de la sociedad que aún sigue premiando la corrupción con su voto. Y eso que era solo una parte, porque no estaban todos, 5 millones de coches en la carretera y el noventa por ciento de ocupación hotelera lo confirman. Esto solo quiere decir una cosa: somos poco pobres en este país que éticamente huele a estiércol. Pero no hay prisa, que nadie se impaciente, porque aún seremos más pobres.
A los políticos en un domingo feliz por un millón de euros, sepan que UNICEF, Caritas, Cruz Roja y otras organizaciones humanas se sienten incapaces de alimentar a tantas familias que no saben cómo llegaron a esta situación límite, que no saben qué hacer para ganarse el pan y alimentar a sus hijos. Porque quieren trabajar y no pueden, no hay trabajo. No, no lo hay. Familias sin techo en un país que éticamente huele a estiércol. A los señores dueños de los partidos políticos y a esa parte de la sociedad que aún tiene que ser más pobre para ser más humana: Felicidades.
El jueves quería ser español y hoy quiero ser de mi pueblo y no salir de casa hasta el 14 de abril para morir contigo si me dejas y no resucitar jamás. Amén.
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