"Al escribir trato de ordenar la realidad, que es una manera de intentar entenderla". Yo me veo mucho como una sombra, sobre todo, a primera hora de la mañana. Me levanto pronto para trabajar, a las cinco y media de la mañana, y durante esas horas, hasta que empieza a amanecer y la vida se pone en movimiento, me siento más sombra que ser real. Son las mejores horas de trabajo. Juan José Millás.
Mi hora era que no es, las cuatro y media de la mañana. Y efectivamente son esas horas en las que uno se siente sombra, que no es real; esas son las mejores horas para escribir. Porque luego... luego aparece mi esposa y su miércoles de disfraces que ya tienen las entradas vendidas, y que el pueblo a pesar de los pesares sigue siendo solidario, y que están muy contentas, porque la causa, la lucha contra el cáncer lo merece. Y más, claro que me dijo más y no entendí ya atarantado. Pero no se quedan ahí las cosas, porque de repente asoma mi hija Patricia y me dijo que... No sé qué me dijo pero estaba enfadadísima con Rajoy y el sistema educativo. Y yo más cariño. Te quiero.
Y ahora es cuando me pregunto quién es capaz de escribir a las nueve y media de la mañana algo que merezca la pena aún estando en mi esquina con mi ordenador que me ordena... Él, como dona, a estas horas ya está durmiendo. Y yo solo no me basto para ordenar la realidad e intentar entenderla, que dice el señor Millás. O imaginar lo inevitable, un beso y morir de amor... Antes amor eras vida, ¿y ahora? Necesito volver a levantarme a las cuatro y media de la mañana. Y lo haré se ponga mi esposa como se ponga. A estas horas no entiendo nada. Me doy pena.
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