El señor dueño de un partido político se somete a la decisión de su propio partido: "Si el partido me dice que me tengo que ir me iré". Se llama Alfredo. Sin embargo, como es el legítimo dueño del partido y son muchos los pesebres, ¿quién le dice a Alfredo que se tiene que ir? Evidente, nadie le dirá que se tiene que ir y no se irá. Y eso, que según me cuentan, escucha a todos y todas, incluso lee los teletipos que le llegan cada día. Estoy convencido de que Alfredo no debe irse, y muchos y muchas piensan como yo. Lo malo, y esto es una novedad, porque creo que lo dicen de buena fe, el PP teme que un PSOE triste de morir como oposición no será bueno para España. Aunque en diciembre, y esta es la esperanza, al condonar los bancos hasta cien millones de euros a los partidos políticos sin dar cuentas siquiera al Banco de España, podrán hacer algunos fichajes y dar un nuevo luck al partido. Yo, desde Valencia, quiero proponer a una persona que puede dar mucho juego, se llama Joan Lerma. Rondando los sesenta (y pico), es un político con mucho futuro.
Hay que invertir en juventud y nuevas ideas para captar votos (hagan memoria) y así evitar el descalabro social. Ay, dona, así anda el PSOE con Alfredo (y Rajoy con Merkel), amarraditos los dos, como la canción.
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