Un día una amiga me tachó de mentiroso, ya no recuerdo quién, supongo que más que una amiga sería enemiga, lo que recuerdo es que me dolió. Ahora lo veo distinto, o sea, creo que es bueno que una amiga me tache de mentiroso, porque si las amigas no me tacharan de mentiroso se pudiera decir que son enemigas, y eso sería malo. Peor sería que una amiga considerase que no digo la verdad y lo fuera pregonando con el fin de perjudicarme. No tengo claro en qué se diferencia la verdad de la mentira si de literatura hablamos. Porque la literatura es una moneda de dos caras. Como tampoco tengo claro que en este momento sea mejor tener enemigos que amigas. Estoy una vez más perdido entre mis absurdidades. Presentados por el ministro Montoro los Presupuestos Generales del Estado, ahora es cuando más hecho en falta una amiga verdadera que me diga que todo es mentira y que la verdad no tiene tanta importancia como le damos. Aprovecho pues, esta hora pasado el medio del día, para echar a caminar y ponerme en busca de una amiga ni muy baja ni muy alta, ni muy flaca ni muy gorda, ni muy joven ni muy vieja, ni muy charlatana ni muy callada. Valenciana o asturiana. O de cualquier parte: qué importa si todos somos hijos del mundo. Y si por elegir fuera y pudiera, que sea lo que yo no soy y que me quiera para quererla. A cambio, y considerando que Aristóteles decía acerca de la poesía que "era el arte que el hombre desempeña mediante el lenguaje con el afán de crear algo por el placer de crearlo". Crearía para ella un mundo sin afanes de fantasía dentro de la literatura donde la mentira y la verdad tuvieran cabida. Lo real y lo irreal. Y todo en un mismo instante. Una amiga que me quisiera sin importar con todas las consecuencias, porque no se trataría de perseguir la verdad, sino de manejar la vida de acuerdo a las circunstancias del momento, y en base a subterfugios personales. Una amiga que defienda mi credibilidad a pesar de los pesares. Una amiga que repela las desconfianzas. Una amiga de mente abierta que me proporcione la paz de espíritu que tanto necesito. Si alguien conoce una mujer así, por favor, póngase en contacto con de soslayo. (Es urgente). Gracias.
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