En el mundo actual, la solidaridad, la verdad, la equidad, la bondad, incluso la belleza y el amor colindante están huidos, y lo peor, no les salimos a buscar. El reto es encontrarlos uno por uno. Pero a nadie se le ocurre. Vivimos desposeídos de lo fundamental y no hacemos nada para recuperarlo. ¡Oiga!, que todo lo que une es virtud, lo contrario que desune está viciado por la realidad. Debemos cultivar la unidad porque lo que no une destruye. Entender que entre todos podemos es la alternativa al suicidio colectivo.
La dama que no me deja ir, a sus otros deprimidos pacientes les aconsejan no visitar enfermos, no ir a los entierros, no escuchar las noticias, alejarse de las funerarias y, sobre todo, no ir con gente que no mantenga una bendita sonrisa en los labios. La dama que no me deja ir no sabe ni entiende, porque en los tiempos que vivimos esto es imposible. Entonces, mejor bajar las persianas y no salir de casa. Y quien pueda, que le de al dispositivo del timbre para desconectarlo (qué invento). Pero resulta ser que existe un poder que tenemos atrofiado, hablo del poder de la imaginación. Personas pesimistas se adelantan a los hechos negativamente y no salen en busca de una sonrisa. Y en este plan nos tenemos que morir, porque las actitudes pesimistas provocan inseguridad y ansiedad anticipada. ¡Vengan todos y todas, está en promoción especial la mentira y la perfección engañosa de los hechos!. Ay, dona, ser optimista en los tiempos que vivimos es una utopía.
Rojas Marcos dice: "Gracias a la capacidad humana de razonar, de aprender y cambiar, las personas que están dispuestas a invertir su tiempo en el empeño, tienen la posibilidad de aumentar su predisposición natural al optimismo". Rojas Marcos no sabe que empeñados ya estamos hasta el fin del milenio (20.000€ per cápita) y que ahora solo queremos comer todos (y todas) los días.
Sin embargo, y a pesar de los pesares, Rojas Marcos tiene razón, el pesimismo tiene presente pero no tiene futuro. Porque el pesimismo esclaviza y más temprano que tarde otra realidad más humana pondrá a cada cual en su sitio, que aquí no hay crimen perfecto. A pesar de que la madre naturaleza nos haga dudar a veces con sus tormentas otoñales. O quizá nos reprocha el maltrato de vida futura que le estamos dando y por simpatía a nuestros hijos. En este asunto aún nos queda mucho camino por desandar. Como es martes, y si fuera lunes igualmente, debemos ser optimistas y elegir la cara más bonita que tengamos en el armario y salir a la calle en busca de una sonrisa. A la vida se lo debemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario