miércoles, 24 de junio de 2015

Noche de San Juan.

"Miles de personas participaron en la noche más mágica del año con hogueras que ardieron por toda la costa".

A mi esposa le importo un comino... No sé cuánto importa un comino ni lo que es, pero quizá le importo menos... Se le dije claro: Si me duermo despiértame. Pues una tenovela interesantísima culpable. No me despertó y eso me impidió, nada más y nada menos que tirar alguna tristeza al mar y arrancarle a las olas un par de deseos en la Noche Mágica.

En la Noche Mágica de San Juan todo es posible. Tan posible que mis deseos se fueron por donde vinieron. Y vinieron por donde se fueron. Mi vida es un sueño, una fantasía o vaya usted a saber. Y yo el más grande experimento fallido de la ciencia. 

Las tristezas eran penas de mi esposa y el par de deseos míos. No era pedir demasiado: Salud para todos y todas, y un botiquín electrónico de última generación con médico incluido, o en su defecto si es que aún no se inventó algo tan útil un calendario electrónico con alarma. De médicos estoy que los vomito. Tengo el calendario completo para el mes de julio, escarabajado, porque ya escribo como ellos y no entiendo ni jota. No sé si podré vivir otro año más con este plan de decepciones incompatibles con mi bienestar. Si pusieran un poco de interés las cosas serían distintas; no sé, quizá sanear y sincronizar mi cabeza con mi tronco y mis extremidades que no van mal del todo. Los médicos culpables de todas mis desavenencias mentales. No era mucho pedir para la Noche de San Juan. Noche de Ian en adelante.

2 comentarios:

  1. De haber sabido que era mágica habría sacado mis deseos a orearse, quizás alguno se habría cumplido.

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  2. La Noche de San Juan es Mágica. Y sí, los deseos se cumplen. Pero yo me dormí y tú no lo sabías... Habrá otras Noches de San Juan. Beso.

    Salud.

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