miércoles, 18 de septiembre de 2013

Un país devaluado en su dignidad

Vivo en un pueblo pequeño y si hablo de crisis se nota en la tristeza de mis vecinos al cruzarme con ellos por las calles, y, sobre todo, porque le pongo cara a la crisis. No es lo mismo ver la crisis en los informáticos, que ver las caras de mis vecinos desahuciados por las calles: Es mi pueblo. Pero ayer fui a Valencia, y a pesar de saber qué ocurre en Valencia, porque los medios me lo explican meridiano, al ver a gente "bien y mal" vestida rebuscar en los contenedores comida para llevar, vi un país devaluado en su dignidad. La tristeza se ha apoderado de mi pueblo y en manera especial de Valencia como gran capital. Por eso, ayer, cuando pasé por un colegio infantil de Valencia sentí tristeza al ver a padres, niños y profesores en la calle con pancartas gritando qué "Wertgüenza". Y cuando en los medios veo a la rubio manchego querellándose contra Bárcenas, a Montoro negando la presión fiscal, a de Guindos que ya la recuperación es un hecho, a Sáez de Santamaría vestida de lagarterana en las ruedas de prensa luego del consejo de ministros, a Gallardón con la apertura del año de la justicia con tasas para todos, a sor Báñez cruzando una vez más la raya roja de las pensiones siento la ofensa en mis venas. Y Rajoy en La Moncloa "emplasmado".
 
¿Y mis hijas? ¿Y las hijas de los demás? Siento pena por mi país y rabia por tener este gobierno.

3 comentarios:

  1. Para entender de política sobre la que hablas, estoy viendo en las madrugadas los programas políticos de tu Pais. No entiendo nada pero ya ubico a Rajoy, a la Botella, a Barcenas, a Ruvalcaba, y ya. Lo que me gusta de tu Pais es que los políticos -algunos- enfrentan al presidente, cara a cara, aquí no. Nadie le dice al presi sus verdades a la cara.

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  2. Sí, todo el mundo siente lo mismo, al final arderá el país.
    Un beso.

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