Te quiero, amiga

Soy persona ocupada con intereses de todo tipo y en todas partes. Soy un hombre importante de esos con asuntos inaplazables. El caso es que ahora, y no sé por qué, creo que tengo a gente estupenda que me quiere y yo a medio querer. A una persona se la quiere o no, pero quererla a medio querer es solo para insensatos. Sea como fuere, conviene decir a quien te quiere y quieres, te quiero, amiga. Hablo de una amiga que quiero y hace mucho tiempo que no se lo digo... Mis asuntos inaplazables culpables de no decirte, te quiero, amiga. Perdóname.
 
Te quiero, amiga, cuando escucho al Sabina, al Víctor, al Serrat, a Bach... cuando estoy contigo sin estar.
 
Te quiero, amiga, cuando ése tal Enrique (sigo sin saber que ves en él) va a sacar un nuevo disco que será la pera.
 
Te quiero, amiga, con cada bolero que escucho con sabor a pasado.
 
Te quiero, amiga, desde los gestos de agradecimiento y la mirada tierna del que se sabe querido.
 
Te quiero, amiga, a pesar de la distancia, las huellas del camino y las sombras del destino.
 
Te quiero, amiga, cada madrugada frente al inmenso mar que nos separa...
 
Y te quiero, amiga, a pesar de los olvidos, de no decirte te quiero, amiga. Porque te quiero, amiga, de corazón, te quiero, amiga, contra viento y marea, entre las brisas del mar y sus brumas... Te quiero, amiga, palabrita del Niño Jesús. ¿Por cierto, te he dicho que te quiero, amiga? El caso es que llevo unos días con el viento de cara y estoy torpe de entendederas... Por si no te lo dije, te quiero, amiga. Que lo sepas.