domingo, 13 de abril de 2014

Genocidio civil

Patricia hoy no me ha venido a buscar para ir a pasear a Les Seniaes y se nota. Al menos yo lo noto, no puedo dejar de escribir. Y escuchar a Melendi. ¡Ojo lo escucho en la radio!, también es asturiano como la Princesa de Les Seniaes, pero yo nunca gastaría dinero en su música.

Estaría mejor dando un paseo con Patricia por les Seniaes que escribiendo de mi vida algún capítulo con compromiso de fidelidad a la amistad. ¡Joder, dona, cojo un tema y no lo suelto!. Si no anduviera un grupo de encapuchados por la calle tocando el tambor saldría a pasear, pero no por Les Seniaes. Tengo escrito que sin dona no volveré a les Seniaes. Y es verdad. Ahora voy con Patricia y me siento seguro. Sin Patricia tengo miedo. El miedo es libre, se comercializa en cualquier país de nuestro entorno. Tratados libres de comercio que se niegan a comprar productos españoles si no es a bajo costo, que es lo mismo que decir que lo producan ilegales españoles a un porciento mínimo del salario base. Trabajadores sin derechos, y sobre todo, explotados. Alemania pone las condiciones y Rajoy las ejecuta sin medias tintas.

En fin, lo dejo por hoy, Patricia me acaba de llamar y no viene, así que me iré contra el sonido de los tambores en busca de un poco de paz. Que igual la María propicia un encuentro con alguna verdad humana, una Dama con un defecto de imperfección doliente pero tolerable en su inteligencia, gracia y belleza. Por cierto, y va en serio:

¿Puede ser atractivo para vivir un país con prácticas cercanas a la explotación de otros tiempos? Genocidio civil.

5 comentarios:

  1. Cuando no se puede no se puede, en un Domingo de ramos las cosas no se dan. Ya habrá otra oportunidad, y si no no pasa nada, todo fuera como ganar una carrera. Lo no planeado siempre va destinado al fracaso. Uno pone, dios dispone y el diablo lo descompone.

    Así las cosas.


    Cuidate

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, perdón no comente tu post. Acerca de la explotación hay tantos ejemplos que poner. Ayer alguien -ahogado en deudas- me dijo: -Voy a vender droga para obtener dinero, mi sueldo no alcanza para nada- mientras veía la nada, le conteste:- eso mismo pienso-

    Ahora entiendo la desesperación de la gente pobre cuando delinque para poder comer, y eso que para comer no me ha faltado.

    ResponderEliminar