viernes, 25 de abril de 2014

El tiempo lleno de gemidos

Según parece, nadie quiere ser viejo ¿cuántos años tienes? ¡A ti qué te importa!. Me cuentan que los viejos no se ven a sí mismos de viejos, aunque sí ven la vejez en los demás. Si esta afirmación es correcta, soy el único ser de este planeta que se siente orgulloso de ser viejo. ¿Y por qué dices que eres viejo si no lo eres? Para que paséis de mí y así poder vivir en paz. Los viejos son un estorbo, nadie los quiere.

Los jóvenes siempre hemos vivido amenazados por perversiones que operan como enemigos impenitentes. Nos desafían y apuestan a que perderemos la batalla y que nunca llegaremos a viejos. Pero no nos rendiremos, aunque a veces tengamos que pasar por viejos antes de tiempo. Somos jóvenes y tenemos que hacer mucho para que nos respeten, aunque sea poco a poco y fuera de tiempo.

Hoy es viernes de fiar (lo digo con la boca pequeña, pues he de ir a Valencia para gestionar unos asuntos de gran interés relacionados con la juventud) y mi desafió será contrarrestar ese virus implacable que pretende derrotarnos por motivos de edad. No todo es blanco y negro: en los años altos el amor se enfría. El amor, esa célula madre de grandeza que necesitamos mantener a prueba de males, bendito amor, tantas veces incomprendido, no humano quizás. El amor nos hace felices; amarnos nos hace solidarios; amar, ya sea un poco nos trae la paz (y ataranta la cabeza). Aunque los poetas escriban bendiciones acerca del amor, no podemos olvidar que la vida ha escrito los peores desamores por fascículos. Sin embargo, ama, merece la pena, es mi consejo de viejo impenitente para un viernes que ya veremos cómo acaba. (Solo el amor borrará de tu cara todas tus tragedias. Los viejos somos la excepción en el silencio de la vida: El tiempo lleno de gemidos).

2 comentarios:

  1. Los viejos apenas si somos un recuerdo olvidado.
    Yo no soy vieja solo soy pasada de moda.

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  2. Somo baúl de recuerdos. Beso.

    Salud.

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