Me niego a pedirle perdón. Ha amancillado mi honor, yo soy el ofendido. Me llamó para que cooperara con él en las labores propias de su cargo y a la hora de aportar mis conocimientos tuvo miedo y me despreció en público. No puedo permitir que se dude de mi buen nombre y lealtad, a mí se me puede hacer fácilmente la prueba del ocho, soy lo que se ve a simple vista. Me siento ofendido y no voy a ser un decorado para que se luzca.
Lo retaré en duelo, creo que es la solución, le retaré a la vieja usanza, como antaño resolvían sus disputas los nobles, a espada como verdaderos caballeros.
En un libro de historia leí que antes del duelo se hacía una ceremonia solemne para intentar la reconciliación, pero no quiero reconciliación, mi orgullo lo ha declarado culpable y morderá el filo de mi espada. Soy un experto en el manejo de la espada, se lo demostraré, me siento capacitado para cumplir con habilidad el enfrentamiento y con resultado satisfactorio para mí.
A él le veo muy torpe, es más joven que yo pero eso no es óbice para que le derrote en duelo: con las armas lo considero inferior. Por eso un duelo a muerte decantará la balanza hacia mí y pondré a salvo mi honor. Me resarciré de su ofensa, y juro que sobreviviré de las consecuencias.
Hace mucho tiempo que no se oye que un hombre haya perdido la vida en sagrado duelo y ya es hora que otro siga la tradición y se vaya por el camino del cementerio a la sepultura. Un sábado de fieles difuntos ha muerto un hombre sin honor. Ya era hora, pardiez.
¡Joder! ¿Y ora? ¿Pos que trais? Yo te ayudo, ¿A quien hay que matar?
ResponderEliminarPues no lo había pensado, me hace falta una madrina...
ResponderEliminarBuenas madrugadas.
ResponderEliminarBuenas...
ResponderEliminar¿Las madrinas son las que llevan las armas o las que verifican que este muerto el difunto o las que les dan con el guante al tipejo?
Si piensas que te voy a pagar por por las tres faenas vas mal... Las madrinas después del duelo son las que invitan a comer al mejor espadachín, o sea yo.
ResponderEliminarJajajaja va, pero yo preparo la comida. Si tu eres el mejor espadachín yo soy la mejor cocinera.
ResponderEliminar¿Entonces ya no vamos a matar a nadie? Ah que chiste.
No entiendes... ¿qué puedo hacer, Señor?
ResponderEliminarMatar hay que matar, pero yo me encargo, tú solo tienes que invitarme a comer.
Bueno, al menos no me manchare de sangre mira que esas manchas son difíciles de sacar. Dale pues directo al corazón. Touche.
ResponderEliminarVale. Que duermas bien. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Iguanas ranas, ah no, tu ya despertaste. Muero de sueño, Bueno bye.
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