miércoles, 16 de abril de 2014

A Toni, contratista de obras

Y ahora va en serio. Para explicar el asunto, tengo que hablar de amistad y madurez empresarial, y sobre todo, de esa capacidad de poner en marcha estrategias para que las cosas cambien en la medida de las posibilidades de cada uno. Sin dudas el país iría mejor. Me explico:

Ayer, yendo a recados de mi esposa, me encontré con un amigo, Toni, contratista de obras. Tiene una contrata con el ayuntamiento para reparar las aceras y lo que vaya saliendo. Este pueblo tiene fugas de agua y tropezones por todas partes. Pues bien, según la embergadura de la obra contrata profesionales para su ejecución. Natural. Lo que ya no es tan natural, y lo digo con la mano en el corazón, es que contrate a vecinos del pueblo, sus vecinos y amigos para trabajar en la obra. Lo natural en los tiempos que corremos, es llamar a la ETT y pedirle trabajadores según necesidades del día y contratarlos por horas de explotación. No lo pude evitar, me acerqué a él y le dije: me siento orgulloso de tener un amigo como tú que contrata trabajadores del pueblo para sus menesteres. Eres un verdadero ejemplo a seguir. (De casta le viene al galgo).

Y qué difícil es para otros argumentar en un pueblo pobre de necesidad el éxito de sus empresas con sus maneras de obrar... No hay colindancia más contrariada y obsesiva que la amistad impertinente que por viejo uno conoce.

3 comentarios:

  1. De eso se trata de ayudar a familiares y amigos pero sin llegar al nepotismo.


    Un beso te debo

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  2. Le diré al matón que le había encargado cobrar la deuda que regrese. Te salvaste por los pelos. Beso.

    Salud.

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