Me dice que nada le producía interés y que caía permanente en un adormecimiento enfermizo. Era levantarse cada mañana y sentirse naufragar en un mar inmenso; sentir que su cuerpo se aletarga en su profundidad sin poder salir a la luz. Tan solo para sentir desprecio.
-¡Oh, perdóname, amor!.
-También era indiferencia.
-¿Qué me dices?
Una situación que la anulaba completamente como Ser Humano. Todos contra ella, y yo, y yo... ¿dónde estaba yo?
Seguro de ti, de tu capacidad, nunca imaginé que las cosas fueran así. Te pido que te aferres a la vida con fuerza cuando la inseguridad llame a tu puerta, y si dudas, cuenta conmigo, recuerda que no estás sola. Que la oscuridad del silencio nunca más forme parte de tu vida... Me duele el alma por todo el daño que padeciste sin saber. Volver a empezar, renacer, dar un vuelco a tu vida, dejar de lado el pasado, mirar de frente al futuro con coraje: ser la que fuiste. Y recuerda que no consentiré que nadie más te haga daño. Jamás, mi amor.
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