De cuando en vez restringimos el concepto de progreso a lo económico y material, olvidando que el desarrollo más útil y valioso es el que tiene lugar en la mente de cada persona, en los buenos y malos momentos. Sobre este particular me gustaría ser capaz de elaborar un registro con todo aquello por lo que me sentí agradecido. Anotaría solamente aquellos momentos en los que otras personas me hicieron feliz. Al levantarme cada mañana, y antes de incorporarme a mis quahaceres diarios, me sentaría unos minutos a leer la lista al borde de la cama. A partir de ahí, trataría de vivir de manera que la gente que me rodea pueda sentir esa misma gratitud hacia la vida. Estoy convencido que los actos de cada persona cuentan de manera esencial en el resumen final.
Espero que no sea demasiado tarde para ser mejor de lo que fui, temo que pueda pasar de soslayo por la vida sin dejar un rastro capaz de existir en la memoria de las personas que me rodean, esas personas que me quieren y quiero, algunas con toda mi alma.
No dudes que no hayas quedado o estes en la memoria de los que bien te quieren (me incluyo aunque no parezca) nunca es demasiado tarde.
ResponderEliminarBuenas...
Buenas madrugadas. Te encuentras entre esas personas. Beso.
ResponderEliminarSalud.
No contesto porque me pongo cursi y en un viernes de fieles difuntos no vale.
ResponderEliminarLos viernes son de fiar...
ResponderEliminarOh, no, los viernes son de vigilia,, ¡Caray! Cuando hay para carne es vigilia.
ResponderEliminarTú y tu fe religiosa.
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