viernes, 11 de abril de 2014

¿Cuando se ama al amor se ama a la persona?

Por los que saben se ha observado que un viernes no es de fiar si las circunstancias no lo propician... Un viernes nublado no inspira sino pena. Pero esas circunstancias, ese algo (no hay día sin poesía) que satisface el deseo denominado amor ¿se apaga al paso del tiempo o deja de cumplir su función inmaterial al morir la carne? Ciertas personas consideran que al morir se deja de amar, y otras que el amor sobrevive a la muerte, incluso, con la esperanza de ser recompensado en el más allá. Bajo este supuesto, pudiera ser que según lo que se haya amado en vida se amaría en el más allá. Pero no sería a la misma persona. ¿Hablamos de amar al amor o de amar a la persona?

Se ama a quien se ama. Viva o muerta.

Un amor ha reclamado las atenciones que considera merece y ha sido arrojado al silencio. Así jamás saciará su divino apetito. Esta controversia que un viernes de fiar me sugiere el amor recién llegado de Les Seniaes con Patricia ("lo que sucede conviene", Shakespeare), si se ama después de la muerte, y a quién, es lo que me pide el cuerpo analizar en este instante que nada o poco sé del asunto. Supongo que a nadie importará que aquí y ahora deposite esta duda, aunque estoy seguro que la Dama que no me deja ir me lo impediría si pudiera.

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