No diría que, con él, se
fueron mil recuerdos como con Eugenio, pero podía haber sido
menos y sería alguien que mereciera la pena. Un saludo no se le
niega a una mujer, y menos al caer la tarde. Derrotas humildes,
momentos de alegrías infantiles. La vida nos pone a prueba con
vivencias que concitan solidaridad, se trata de sopesar, valorar lo
que está bien o mal; pensar que todos tenemos derechos y
obligaciones que a veces desvelan la noche. "Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablad verdad cada cual con su prójimo, pues somos miembros los unos de los otros, airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo". (Efesios 4:26). Tu nombre me hará recordar
lo que fuiste: una persona amable y cariñosa. Descansa en paz.
Gracias... (de nada).
Bien...
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