domingo, 23 de abril de 2017

Baciyelmo.

Tengo contratado el teléfono y el internet con una compañía telefónica que me engaña y domiciliados mis pagos y la pensión en un banco que también me engaña, pues ahora, como el aceite que no es un dios pero hace milagros, voy a tener dos en uno. Me lo ofrecen a cambio de nada y además me regalan un porciento a partir del segundo mes por tres meses en el teléfono. Me desespera que me engañen, que me tomen por idiota. Pero la cosa puede ir a peor si en vez de llamar ellos llamas tú para una aclaración o un etcétera, en ese caso, conviene tener la tarde libre y unos tapones para los oídos que rebajen al menos 90 decibelios la música que te ponen mientras esperas desesperado.

Una compañía telefónica de esas que engañan con mentiras diferentes cada mes se va a meter a banquera; quiere ampliar horizontes empresariales y qué mejor que las finanzas. De momento no ha hecho público el modelo a seguir: banco de telefonía, telefónica usurera, o prestamista con contrato de permanencia. Sé por experiencia que todas las compañías telefónicas son iguales, van a lo suyo y no atienden otras razones. ¿Sí? Paga y calla. Me conformaría conque no me llamaran a la hora de la siesta para ofrecerme la mejor oferta de mi vida. O que no me llamaran. Y los banqueros cuando pago una factura y me envían un mensaje de texto para decirme que si fracciono el pago en tres veces pago el doble en tres veces que no gasten dinero en mensajes que luego me cobrarán. No sé si será un chollo pero un robo seguro. Me roban unos y otras y nada puedo hacer. El mundo al revés. Ante la gravedad de los hechos es natural que esté preocupado como preocupada está mi esposa al levantarse y hacerse un chequeo ante el espejo y no encontrar dolor alguno, ni el de los huesos siquiera. Apostaría que acabo la mañana en el hospital... O en misa. Gracias... (de nada).

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