miércoles, 24 de diciembre de 2014

Serenatas.

Tuve el privilegio de nacer y crecer en un pueblo en el cada quien conocía la cara de cada cual. Eran tiempos en los que el amor había que seducirlo y cuidarlo con finos detalles: flores, versos con intención, hasta "utilizar" al amigo: -"Di a tu hermana que por ella muero". Ay, bendita inocencia. Y las noches con madrugadas perfectas para las serenatas.

Los amigos estábamos organizados y no cantábamos mal. Teníamos incluso quien realizaba la parte más difícil de la serenata como era introducirla y calmar el dolor de dos amigos enamorados de la misma muchacha. Una noche, todo iba estupendo al llegar a la casa donde vivía la pretendida; allí comenzó el amor a fusionarse hasta que alguien exclamó: -"¡se agachen que viene el sereno!". El sereno solo cambiaba de parroquia, no tardó en irse y la noche volvió a ser favorable a nuestro objetivo: la serenata; incluso el perro estaba de nuestro lado. Con mezcal logramos tranquilizar a " El hijo del pueblo" y sus "Mañanitas". ¡Qué noche!.

No llovió, se cantó afinado, escuchamos risas y movimientos en la casa, no hubo hostilidades ni amenazas. Pero allá sobre las dos de la madrugada se oyó una voz calmada y complacida: -"Muchas gracias, lo hacéis muy bien, pero mi hija no está". Nos podía haber avisado, pero de aquella nada importaba. Cosas de la edad.

2 comentarios:

  1. Qué recuerdos !

    Felices Fiestas y mis mejores deseos para 2015 !

    ResponderEliminar
  2. Eres muy amable. Mis buenos deseos, también los mejores para ti y los tuyos. Muchas gracias.

    Salud.

    ResponderEliminar