martes, 23 de diciembre de 2014

A nadie le amarga un dulce.

Ayer, Roxana me felicitó la Navidad en nombre de su familia. A mí y a mi familia. La familia de ambos. Roxana es un ángel, siempre lo digo. Y su niña Victoria más. Y su marido menos. Los quereres son los quereres. Que me perdone "el barbas" como le dice mi amiga cariñosamente, solo por estar a su lado ya es una gran persona. Son una bendición. Y para que esto no sea "La casa de la pradera", digo que me revienta que para ella sea verano y para mí invierno. ¡Quiero vivir en Argentina!. Y si no fuera porque a dona no la puedo dejar sola iría en el próximo vuelo.

Es necio pensar que todos somos felices y comemos perdices. Pero una felicitación navideña que no sea del cartero, con perdón, viene bien. A nadie le amarga un dulce.

2 comentarios:

  1. Yo prefiero tu invierno en mi verano, creeme. Te quiero y que suenen campanas en tu corazón, pidamos por la paz en oriente, por la igualidad, por "0" hambruna y porque haya justicia para los que determinan que nuestras vidas no sean lo que planeamos porque roban, delinquen con impunidad desmedida. Salud! mi amigo de rimas, del corazón, mi enamorado de cuentos...

    ResponderEliminar
  2. Paz y amor. Y transparencia para quien nos gobiernan. Vale. Te quiero.

    Salud.

    ResponderEliminar